viernes, 5 de junio de 2009

FODA

Fortalezas: los contenidos que posee el blog vinculados con el conocimiento desarrollado por los principales exponentes de la Economía Mundial a través de los tiempos. Como también, la posibilidad de la interacción de los apasionados en el tema a través de los comentarios que puedan en éste dejar cada persona interesada en la página.


Oportunidades: se relaciona con el poder establecer los puntos de interés común entre los distintos seguidores y poder divulgar, publicar, y establecer una mayor fuente de información sobre el pensamiento económico mundial y su evolución.


Debilidades: la necesidad de alimentar constantemente el blog a fin de que el mismo deje de ser consultado por falta de actualizaciones o por su falta de creatividad.


Amenazas: la gran variedad de páginas que contienen la misma información.

jueves, 4 de junio de 2009

El módelo burocrático de Max Weber


Max Weber (1864-1920) fue un economista y sociólogo alemán, quien a través de su estudio de las civilizaciones desarrolló el concepto moderno de Burocracia refutando, criticando y ampliando las apreciaciones de Marx. Weber intentó probar que el capitalismo fue influido fuertemente por los valores éticos y religiosos y que por lo tanto, las relaciones económicas no podían explicar únicamente las relaciones de fuerza en el capitalismo, como había planteado Marx

Definió la burocracia como la forma más eficiente de organización teniendo en cuenta la complejidad de los aparatos estatales, de las dependencias gubernamentales y pensando en las necesidades de sociedades cambiantes y dinámicas.
APROXIMACIÓN A LA DEFINICIÓN FORMAL DE BUROCRACIA:
La burocracia resulta un "tipo ideal de organización" delimitada por una estructura de dominación legal que se ejerce por medio de un cuadro administrativo aplicable a grandes organizaciones tanto del estado como del sector privado. Representa una estructura administrativa y de personal de una organización.
Max Weber identificó las siguientes normas básicas fundamentales para el desarrollo burocrático:
Los cargos constituyen el núcleo principal del cuadro administrativo burocrático.
Existe un sistema de carrera administrativa.
Posición externa e interna neutral del burócrata con respecto al cargo (es una profesión, es de comportamiento impersonal).
Funcionarios organizados por jerarquía de mando.
Remuneraciones sobre salarios sin gratificaciones por servicios.
Los niveles de autoridad están determinados por el trabajo o la función desarrollada.
Nombramientos por méritos y calidad de trabajo.
Trabajo sobre procedimientos y normas establecidas.
Registro en papel de todas las actividades desarrolladas y se basa en documentos y procedimientos por escrito (formularios, comprobantes, certificaciones etc).
Entre las características identificadas en las sociedades para hacer factible el desarrollo del modelo burocrático están:
En lo político: La burocracia es el cuadro administrativo que corresponde a la estructura de dominación legal.
En lo económico: Implica el desarrollo de la economía monetaria, ya que las transacciones en dinero racionalizan la actividad económica, permiten presupuestar ingresos y gastos de manera sistemática.
En lo administrativo: Facilita la realización de las numerosas y complejas actividades que aumentan cualitativa y cuantitativamente en las organizaciones. La eficiencia de la burocracia es superior a cualquier otra forma de administración.
La administración burocrática moderna define a la racionalización como el supuesto y principio fundamental para el pleno ejercicio de la burocracia moderna y supone que mediante procesos de racionalización adecuados se logra la eficiencia y a largo plazo se construye la acción social o aceptación social, para unir el aparato burocrático el modelo burocrático a la sociedad.

Michael Porter, y sus grandes aportes a la economía mundial

Michael Eugene Porter (n. 1947), es un economista estadounidense, profesor en la Escuela de Negocios de Harvard, especialista en gestión y administración de empresas, y director del Instituto para la estrategia y la competitividad.
Porter es B.A (Bachellor in Arts) en ingeniería mecánica y aeroespacial, por la Universidad de Princeton (1969), MBA por la Universidad de Harvard (1971) y Ph.D. en Economía Empresarial (Business Economics) por la Universidad de Harvard (1973).
Su principal teoría es la de Gerencia Estratégica, que estudia cómo una empresa o una región pueden construir una ventaja competitiva y sobre ella desarrollar una estrategia competitiva.

El Análisis Porter de las cinco fuerzas es un modelo elaborado en que se describen las 5 fuerzas que influyen en la estrategia competitiva de una compañía que determinan las consecuencias de rentabilidad a largo plazo de un mercado, o algún segmento de éste. Las primeras cuatro fuerzas se combinan con otras variables para crear una quinta fuerza, el nivel de competencia en una industria.
La rentabilidad de un sector industrial y de sus empresas.
Para Porter, existen 5 diferentes tipos de fuerzas que marcan el éxito o el fracaso de un sector o de una empresa:
1. Amenaza de entrada de nuevos competidores. El mercado o el segmento no son atractivos dependiendo de si las barreras de entrada son fáciles o no de franquear por nuevos participantes, que puedan llegar con nuevos recursos y capacidades para apoderarse de una porción del mercado.
2. Poder de negociación de los proveedores. Un mercado o segmento del mercado no será atractivo cuando los proveedores estén muy bien organizados gremialmente, tengan fuertes recursos y puedan imponer sus condiciones de precio y tamaño del pedido. La situación será aún más complicada si los insumos que suministran son claves para nosotros, no tienen sustitutos o son pocos y de alto costo. La situación será aún más crítica si al proveedor le conviene estratégicamente integrarse hacia delante.
3. Poder de negociación de los compradores. Un mercado o segmento no será atractivo cuando los clientes están muy bien organizados, el producto tiene varios o muchos sustitutos, el producto no es muy diferenciado o es de bajo costo para el cliente, lo que permite que pueda hacer sustituciones por igual o a muy bajo costo. A mayor organización de los compradores, mayores serán sus exigencias en materia de reducción de precios, de mayor calidad y servicios y por consiguiente la corporación tendrá una disminución en los márgenes de utilidad. La situación se hace más crítica si a las organizaciones de compradores les conviene estratégicamente sindicalizarse.
4. Amenaza de ingreso de productos sustitutos. Un mercado o segmento no es atractivo si existen productos sustitutos reales o potenciales. La situación se complica si los sustitutos están más avanzados tecnológicamente o pueden entrar a precios más bajos reduciendo los márgenes de utilidad de la corporación y de la industria.
5. La rivalidad entre los competidores. Para una corporación será más difícil competir en un mercado o en uno de sus segmentos donde los competidores estén muy bien posicionados, sean muy numerosos y los costos fijos sean altos, pues constantemente estará enfrentada a guerras de precios, campañas publicitarias agresivas, promociones y entrada de nuevos productos.

Este modelo es utilizado cuando se desea desarrollar una ventaja competitiva respecto a tus rivales, cuando se desea entender mejor la dinámica que influye en tu industria y/o cual es tu posición en ella, cuando se debe analizar la posición estratégica y se buscan iniciativas que sean disruptivas y te hagan mejorarla.

Douglas McGregor, Teorias X e Y

Este blog este destinado especialmente a la economía mundial, pero debido a la importancia de los Recursos Humanos en la organización, me gustaria tanto con esta teorías como con otras, mostrar el lado humano de la empresa.

Douglas McGregor, nacido en 1906 en Detroit, se graduó en Psicología en la universidad de Wayne y posteriormente se doctoró en Psicología Experimental en Harvard.
Las teorías X y Y, dos maneras excluyentes de percibir el comportamiento humano adoptadas por los gerentes para motivar a los empleados y obtener una alta productividad.Douglas McGregor fue una figura ilustre de la escuela administrativa de las relaciones humanas de gran auge en la mitad del siglo pasado. McGregor en su obra "El lado humano de las organizaciones" describió dos formas de pensamiento de los directivos a los cuales denominó teoría X y teoría Y. Los directivos de la primera consideran a sus subordinados como animales de trabajo que sólo se mueven ante el yugo o la amenaza, mientras que los directivos de la segunda se basan en el principio de que la gente quiere y necesita trabajar.
Veamos con más detenimiento las premisas de las dos posturas:
TEORÍA X
Se asume que los individuos tienen tendencia natural al ocio y que el trabajo es una forma de castigo o como dicen por ahí "trabajar es tan maluco que hasta le pagan a uno", lo cual presenta dos necesidades urgentes para la organización: la supervisión y la motivación.Las premisas de la teoría X son:
Al ser humano medio no le gusta trabajar y evitará a toda costa hacerlo, lo cual da pie a la segunda;
En términos sencillos, los trabajadores son como los caballos: si no se les espuelea no trabajan. La gente necesita que la fuercen, controlen, dirijan y amenacen con castigos para que se esfuercen por conseguir los objetivos de la empresa; El individuo típico evitará cualquier responsabilidad, tiene poca ambición y quiere seguridad por encima de todo, por ello es necesario que lo dirijan.
"Este comportamiento no es una consecuencia de la naturaleza del hombre. Más bien es una consecuencia de la naturaleza de las organizaciones industriales, de su filosofía, política y gestión" TEORÍA Y
Los directivos de la Teoría Y consideran que sus subordinados encuentran en su empleo una fuente de satisfacción y que se esforzarán siempre por lograr los mejores resultados para la organización, siendo así, las empresas deben liberar las aptitudes de sus trabajadores en favor de dichos resultados.
Los supuestos que fundamentan la Teoría Y son:
El desgaste físico y mental en el trabajo es tan normal como en el juego o el reposo, al individuo promedio no le disgusta el trabajo en sí;No es necesaria la coacción, la fuerza o las amenazas para que los individuos se esfuercen por conseguir los objetivos de la empresa.
Los trabajadores se comprometen con los objetivos empresariales en la medida que se les recompense por sus logros, la mejor recompensa es la satisfacción del ego y puede ser originada por el esfuerzo hecho para conseguir los objetivos de la organización.
En condiciones normales el ser humano medio aprenderá no solo a aceptar responsabilidades sino a buscarlas.
La mayoría de las personas poseen un alto grado de imaginación, creatividad e ingenio que permitirá dar solución a los problemas de la organización.

Milton Friedman y sus principales ideas económicas

(Nueva York, 1912 - San Francisco, 2006) Economista estadounidense. Junto a Henry Simons y F. A. Von Hayek, es el principal representante de la llamada Escuela de Chicago, grupo de economistas que considera que los mercados competitivos libres de la intervención del Estado contribuyen a que el funcionamiento de la economía sea más eficiente.

Las ideas económicas de Friedman
La política económica que los gobiernos occidentales aplicaban al terminar la Segunda Guerra Mundial seguía los criterios de los economistas de la escuela keynesiana: el Estado dirige la economía, y de hecho se convierte en uno de los principales inversores, para asegurar a la población unos bienes mínimos que permitan mantener un elevado ritmo de consumo, de forma que éste anime la producción, con lo cual el crecimiento económico debería ser continuo y se prevendrían las grandes recesiones. Friedman criticó estas teorías y consideró que su aplicación en Estados Unidos terminaría con el llamado sueño americano.
A diferencia del keynesianismo, las teorías económicas de la Escuela de Chicago, o Escuela Neocuantitativa, se basaban en la reivindicación del liberalismo neoclásico de Adam Smith. Sostenían que el mercado es la única fuente de riqueza. Los beneficios de las empresas serían los únicos generadores del crecimiento económico, que, según ellos, se produciría sólo cuando el mercado pudiese funcionar con total libertad. Desde este punto de vista, el Estado no sólo debería dejar de ejercer un papel principal como inversor, sino que debería animar a los particulares a invertir, para lo cual debería rebajar los impuestos, pues éstos retraen la inversión y disminuyen los beneficios.
Friedman criticó el gran tamaño adquirido por el sector público en los países occidentales, denunciando la distorsión que la intervención estatal introduce en el funcionamiento de los mercados. Propuso desmontar el Estado de bienestar y dejar que actúen libremente las leyes de la oferta y la demanda, volviendo a la pureza original del sistema que definiera Adam Smith. Recuperando viejas ideas, actualizó la teoría cuantitativa de la moneda, denunciando los efectos inflacionistas de las políticas expansivas keynesianas. Sin embargo, defendió al mismo tiempo medidas de protección contra la pobreza, como un impuesto sobre la renta con tramos negativos para los ciudadanos de menores ingresos.
La principal novedad que aportó la llamada Escuela de Chicago radicó en la importancia que daba a la influencia de la masa monetaria en el crecimiento económico. Considerando la economía como una ciencia empírica, Milton Friedman y Anna Schwartz, en su libro Historia monetaria de los Estados Unidos, trataron de demostrar que la rápida expansión de la masa monetaria es la causa de la inflación, mientras que una brusca retención es la causa principal de las crisis más profundas. A partir de esta aportación se concluía que el papel del Estado en la economía debe limitarse al control de la masa monetaria en circulación.

lunes, 1 de junio de 2009

John Stuart Mill y su papel en la economía

(Londres, 1806-1873) Economista, lógico y filósofo británico. Hijo del también economista James Mill, fue educado de forma exclusiva por éste según los estrictos principios del Emilio de Rousseau.
Sus primeros escritos aparecieron publicados en las páginas de los diarios The Traveller y The Morning Chronicle, y se ocuparon fundamentalmente de la defensa de la libre expresión. En 1824, la aparición de The Westminster Review, órgano de transmisión de la ideas filosóficas radicales, proporcionó a Mill un atrio privilegiado desde el que difundir su ideario liberal.

En su papel como economista, Mill fue considerado históricamente como un representante tardío de la escuela clásica inglesa; algunos autores posteriores, como Marx, discutieron dicha filiación y destacaron su alejamiento de la noción del valor-trabajo. Su obra principal en el campo de la economía política apareció en 1848 bajo el título de Principles of Political Economy (Principios de economía política), en los que cabe distinguir tres partes diferenciadas.
En la primera, Mill elaboró un completo análisis del proceso de formación de los salarios que entendió determinado por la interacción entre la oferta de trabajo y de la demanda del mismo en forma de fondo de salarios. Consideró el beneficio como renta del capital y lo hizo dependiente del nivel general de precios. En su teoría del intercambio introdujo la utilidad como factor determinante del valor de cambio de un bien, a la par con su coste de producción. En el campo de la economía internacional se le debe la introducción del término «relación real de intercambio».
En la segunda parte se ocupó de cuestiones de estática y dinámica y expuso su idea de una evolución hacia el estancamiento de la totalidad del sistema capitalista a causa de una tendencia irreversible a la reducción de los beneficios, concepto que sería recuperado por Marx. La tercera parte es la que mejor refleja su talante reformista y trata de las medidas necesarias para favorecer una más justa distribución de la renta, entre las que Mill propuso la limitación de la herencia, la cooperación obrera e interterritorial y la promoción de la pequeña propiedad campesina.

lunes, 25 de mayo de 2009

La teoría de Elton Mayo

El estudio de Mayo y sus seguidores destaca la importancia del estado de ánimo de los trabajadores en su desempeño en el trabajo. Apareció así un interés en conocer como se sentía la gente en la organización, cuales eran sus actitudes ante esta y ante su trabajo. La orientación de esta pesquisa tenía un carácter pragmático: el supuesto implícito era que diferencias en la motivación de las personas conllevaban diferencias en el rendimiento en el trabajo.
De allí surgió el estudio de la motivación del hombre en su trabajo, lo que condujo a examinar las necesidades humanas y su relación con las recompensas monetarias, no monetarias y otros factores de la vida organizacional, tales como el tipo de supervisión, la relación entre actitudes, conducta y el rendimiento en el trabajo.
En este campo de la motivación en el trabajo, se han desarrollado diferentes perspectivas teóricas e investigativas, que sin embargo solo representan una porción de la totalidad del conocimiento de la psicología sobre el tema de la motivación humana.


LA CIVILIZACIÓN INDUSTRIALIZADA Y EL HOMBRE
La teoría de la relaciones humanas se preocupo, prioritariamente, por estudiarla opresión del hombre a manos del avasallador desarrollo de la civilización industrializada. Elton Mayo, fundador del movimiento, dedico sus tres libros a examinar los problemas humanos, sociales y políticos, derivados de una civilización basada casi exclusivamente en la industrialización y la tecnología.
Mayo destaca que, mientras la eficiencia material aumento poderosamente en los últimos 200 años, la capacidad humana para el trabajo colectivo no mantuvo el mismo ritmo de desarrollo.
Mayo afirma que la solución a este problema no puede darse solo mediante el retorno de las formas tradicionales de la organización, sino que debe haber una concepción de las relaciones humanas en el trabajo. Como resultado de la experiencia de Hawthorne, se verifico que la colaboración en la sociedad industrializada no puede dejarse al azar, mientras se vela solo por los aspectos materiales y tecnológicos del progreso humano.
Los métodos de trabajo tienden a la eficiencia, ninguno a la cooperación. La cooperación humana no es el resultado de las determinaciones legales ni de la lógica organizacional; sus causa son mas profundas, como revela la experiencia de Hawthorne, a partir de la cual, Mayo defiende los siguientes puntos de vista.
1. El trabajo es una actividad típicamente grupal. La primera conclusión resultante de la investigación plantea que el nivel de producción esta más influenciado por las normas de grupo que por los incentivos salariales y materiales de producción.
2. El obrero no actúa como individuo aislado, sino como miembro de un grupo social. Los cambios tecnológicos tienden constantemente a romper los lazos informales de camaradería y amistad dentro del trabajo a privar al obrero del espíritu gregario, mientras es responsable de su producción.
3. La tarea básica de la administración es formar una elite capaz de comprender y de comunicar, dotada de jefes democráticos, persuasivos y apreciados por todo el personal.
4. La persona humana es motivada esencialmente por la necesidad de "estar junto a", de "ser reconocida", de recibir comunicación adecuada.
5. La civilización industrializada origina la desintegración de los grupos primarios de la sociedad, como la familia, los grupos informales y la religión, mientras que la fabrica surgirá como una nueva unidad social que proporcionara un nuevo hogar, un sitio para la comprensión y la seguridad emocional de los individuos.

lunes, 18 de mayo de 2009

ALFRED MARSHALL: EL PENSADOR

Marshall, (1842-1924). Se considera como uno de los padres de la economía ortodoxa moderna, junto a León Walras. Durante su juventud logro una excelente preparación universitaria en matemáticas, pero a parte de esto también se distinguió por sus fuertes sentimientos humanitarios, relativos a mejorar la calidad de vida de las personas, permaneció en Cambridge después de graduarse de su licenciatura en matemáticas, pero pronto incursionó en la lectura de la metafísica, la ética y la economía, siendo esta última por la que más interés mostró, al punto de impartir la cátedra de economía en la misma universidad de Cambridge.
Marshall era consciente del cambio a través del tiempo de las teorías y las ideas alimentadas por la inquietud humana, así que trataba de combinar su preparación matemática con sus fundamentos en historia, para así poderse adaptar más fácilmente a esas fluctuaciones.

Para Marshall
"la economía política o economía, es el estudio de la humanidad en las ocupaciones ordinarias de la vida; examina esa parte de la acción individual y social que está mas estrechamente conectada con la obtención y el uso de los requisitos materiales del bienestar".
Como era de esperarse asumió una posición bastante conciliadora en cuanto a la definición particular de la economía y planteaba que
cada economista podía asumir el concepto como mejor se ajustara a sus inclinaciones, esto con el fin de optimizar su desempeño.
A diferencia de los clásicos, Marshall estaba convencido que la economía tenia la tarea principal, de eliminar la pobreza a tal punto que reclamó a Ricardo el hecho de no entender que la pobreza genera más pobreza, dado que la falta de recursos en las familias no garantizan, ni la salud, ni la preparación para permitirles ganar más.

Los cuatro tiempos convencionales de Marshall son: el periodo de mercado, en el cual la oferta es fija y perfectamente inelástica. El corto plazo en este se alcanza a cambiar la producción y la oferta mas no la planta instalada. El largo plazo, ya a este nivel todos los costos son variables. El periodo secular, en este no solo varía la tecnología sino la composición poblacional.
Se había formado a finales del siglo XIX una gran controversia alrededor de la teoría del precio o del valor en cuanto a la mayor o menor influencia de la oferta y de la demanda. Mientras los clásicos enfatizaban en la oferta, los neoclásicos lo hacían en el lado de la demanda. Marshall se había situado en un punto donde trataba de defender según él la verdad, para él entre más corto fuera el periodo más importante sería el poder de la demanda para fijar el precio; por el contrario en cuanto más se prolongaba el factor tiempo, cobraba mayor relevancia la influencia de la oferta.
En sí Marshall condenaba al fracaso cualquier intento unicausal de explicación de las variaciones del precio y del valor. Una de las criticas más interesante generada por Marshall es la del mal uso por parte de los economistas del análisis marginal, como si este fuera el omnipotente determinante del valor del todo, cuando la verdad se trata de entender la marginalidad como el campo donde actúan las fuerzas que gobiernan el valor del todo y no de afirmar que la utilidad marginal o el costo marginal determinan el precio, ya que estos, gracias a la mutua interacción de los factores también son determinados en el margen.
La anterior observación está muy relacionada con la concepción de la causación unidireccional que Jevons y Menger habían señalado; es decir, que la demanda, la oferta y el precio interactúan entre sí mutuamente en el espacio marginal para determinar sus respectivos valores.

lunes, 11 de mayo de 2009


John Maynard Keynes (1883-1946), economista británico. Sus ideas, sustrato de una nueva escuela de pensamiento económico denominada keynesianismo o “nueva ciencia económica”, influyeron de forma determinante en el diseño de las políticas económicas de muchos países desde la finalización de la II Guerra Mundial. Muchos economistas consideran que su principal obra, La teoría general sobre el empleo, el interés y el dinero (1936), es uno de los tratados teóricos más importantes del siglo XX.



  • DESARROLLO DE SU TEORÍA

Durante la década de 1920 impartió clases en Cambridge y escribió dos importantes obras en las que ya se iba perfilando la que sería su doctrina: Tratado sobre probabilidades (1921) y Tratado sobre el dinero (1930). En esta última (muy influida por el reciente crac de 1929 y sus primeras consecuencias) intentó analizar por qué la economía funciona de forma irregular, así como por qué está sujeta a las sucesivas expansiones y depresiones que caracterizan a los ciclos económicos. No obstante, no lograba explicar la problemática de las depresiones prolongadas, fenómeno para el que no existía respuesta si se seguían los entonces vigentes principios de la economía clásica, que consideraban que las recesiones se terminaban por corregir de forma automática. La tesis generalizada era que durante las recesiones aumentaba el ahorro, por lo que se reducían los tipos de interés; estos parámetros fomentarían la inversión empresarial y ésta, finalmente, conduciría a un nuevo periodo de crecimiento económico.

Keynes analizó en profundidad los problemas relativos a las depresiones prolongadas en La teoría general sobre el empleo, el interés y el dinero. Argumentó la inexistencia de mecanismos de ajuste automático que permitan a la economía recuperarse de las recesiones. Afirmaba que el ahorro no invertido prolonga el estancamiento económico y que las inversiones empresariales dependen de la creación de nuevos mercados, de la utilización de nuevos adelantos técnicos y de otras variables independientes del tipo de interés o de ahorro. Puesto que la inversión empresarial fluctúa, no se puede esperar que ésta pueda preservar un nivel de pleno empleo y unos ingresos estables. Por ello, aseguraba que debían ser los gobiernos (factor ignorado hasta entonces), los que tendrían que convertirse en instrumentos económicos activos y compensar (a través de políticas económicas adecuadas) la insuficiencia de inversión privada durante una recesión con la reducción de impuestos y, sobre todo, con el incremento del gasto público. Así, defendió los programas económicos de inversión pública que ya se estaban ensayando en el Reino Unido y, muy especialmente, en Estados Unidos, donde el presidente Franklin Delano Roosevelt había afrontado la lucha contra la Gran Depresión con su política de New Deal.

Keynes, que promovía la institución de un organismo financiero internacional al que debían estar sujetos los distintos bancos centrales nacionales y que podría conceder créditos internacionales. Estas propuestas tuvieron una inmediata repercusión y, aunque no se materializaron exactamente según el modelo de Keynes, se tradujeron en la fundación del Banco Internacional para la Reconstrucción y el Desarrollo (BIRD) y el Fondo Monetario Internacional (FMI). John Maynard Keynes falleció el 21 de abril de 1946 en Firle.

http://www.lateinamerika-studien.at/content/wirtschaft/ipoesp/ipoesp-754.html

lunes, 4 de mayo de 2009

Karl Marx un Pensador Revolucionario


El paulatino y ya casi evidente fracaso de supuestas aplicaciones prácticas de sus ideas políticas y económicas, no debe ensombrecer la talla de Karl Marx como pensador revolucionario, cuya obra significó en las ciencias socioeconómicas un vuelco similar al producido por Freud en la psicología o Einstein en la física. La cristalización y dogmatización de su brillante propuesta intelectual ha tenido un precio que la historia juzgará y él no hubiera avalado. Con Marx, la ética política deja de ser una ciencia infusa y la doctrina económica una velada defensa de intereses particulares. Después de él, la comunidad internacional ya no tiene excusas racionales para no avanzar hacia la justicia y la igualdad desde el análisis científico de los hechos, sus relaciones, causas y consecuencias.
Karl Marx nació en la Renania prusiana actual Alemania, en la ciudad de Trier (antes Trèves, en español Tréveris) el 5 de mayo de 1818. Fue uno de los siete hijos del abogado judío Heinrich Marx y de su esposa holandesa Henrietta Pressburg. El padre era un hombre inclinado a la Ilustración y a las ideas moderadamente liberales, devoto de Kant y de Voltaire. Por tanto, Karl tuvo una infancia habitual en la burguesía culta de su tiempo, y asistió a la escuela y cursó el bachillerato en su ciudad natal.


Unánimemente considerada como la obra esencial de Karl Marx, El capital es un magno tratado en tres volúmenes. El primero se publicó en Hamburgo en 1867; el segundo y el tercero fueron publicados por Engels después de la muerte del autor, respectivamente en 1885 y en 1894.
Por lo común es conocido sólo el primer volumen, que, a pesar de ser el más importante y fundamental, no da una idea exhaustiva del pensamiento de Marx. En la sociedad capitalista (así comienza el volumen) la mercancía no cuenta por su valoración social: se ha convertido en un objeto abstracto, un fetiche. De modo particular, el dinero "que refleja sobre una mercancía sus relaciones con todas las demás" se apodera del alma humana y la tiraniza como un demonio. El dinero es el que compra a los hombres y el trabajo de éstos.
La fuerza-trabajo, productora de las mercancías, se cambia y se compra como otra mercancía cualquiera y obedece a las mismas leyes del mercado, olvidando que detrás de ellas hay un hombre, con su familia: el proletario. Este proletario es libre, pero si no vende su trabajo se muere de hambre. Vende su capacidad de trabajo, pero ésta es una cualidad personal, y no se puede vender aisladamente; por esto una vez hecho el contrato entre capitalista y trabajador, éste, con toda su personalidad y sus necesidades, pasa a manos del otro.
Karl Marx
Para el capitalista, el dinero debe multiplicar dinero. También el dinero invertido en los salarios se multiplica, o sea, que la fuerza humana adquirida produce al capitalista una plusvalía, además del valor con que la paga. La formación de la plusvalía y su aumento se efectúan de las siguientes maneras: 1º) el capitalista obliga al operario a darle su trabajo por un tiempo superior al que se necesita para compensar el salario; 2º) la mercancía-trabajo, en vez de consumirse como otra cualquiera, produce (al consumirse) un valor superior al que representa, esto es, que el trabajo produce un excedente sobre su coste, que es la plusvalía, monopolizada por el capitalista, el cual tiene poder de imponer al operario las condiciones que quiera; 3º) cuando no es posible ulteriormente aumentar la jornada de trabajo por vía directa, el capitalista procura aumentarla indirectamente, modificando el proceso técnico; toda mejora de la técnica productiva equivale a un aumento de la jornada de trabajo; aumenta la producción y por eso acrece la plusvalía.
Esta última consideración pone en claro que, en un momento dado de la evolución del proceso productivo, esto es, cuando el capitalista ha llevado a su límite extremo los dos primeros modos de aprovechamiento, el problema del aumento de la plusvalía se torna esencialmente un problema técnico: mejorar los medios técnicos de la producción. Los inventos mecánicos han sido, a este respecto, el gran recurso del capitalista.
En manos del capitalista la plusvalía se convierte en nuevo capital: así se obtiene la acumulación. Ésta, por un proceso cuyas varias fases analiza Marx en la obra, conduce a la concentración de los capitales y a la centralización, hasta que el capitalismo cae en un círculo vicioso. He aquí cómo se sintetiza en el pensamiento de Marx el círculo cerrado del sistema capitalista: en la competencia de la producción vence el precio más bajo; el precio más bajo es el resultado de un alto rendimiento de trabajo, y éste se resuelve en máquinas más poderosas y en talleres más perfeccionados, y por tanto en un capital mayor; de aquí la necesidad de acumular a ritmo creciente; pero cuanto más se acumulan las máquinas, más disminuye proporcionalmente el número de obreros y más pequeña se hace la proporción del capital circulante (mano de obra) respecto al capital fijo (máquinas, instalaciones, etc.); como la plusvalía deriva del capital circulante, cuanto más pequeña sea la proporción de este capital, tanto menor se hace la proporción de la plusvalía (que puede aumentar en valor absoluto, pero disminuye en valor relativo).
En tanto, crece la masa de obreros desocupados, de manera que las posibilidades de consumo decrecen, mientras por otra parte aumentan las mercancías en el mercado. Entonces es menester, para que los parados vuelvan a consumir, ocuparlos en nuevas ramas de la industria, o desarrollar las que ya existen. Pero para esto son menester nuevos capitales y los nuevos capitales no se pueden obtener sino con la acumulación, y la acumulación no se obtiene sino con el aumento de la plusvalía. Para aumentar el valor relativo de la plusvalía sería menester disminuir el valor de la mano de obra, bajando el precio de las mercancías consumidas por el trabajador. Para disminuir el precio de las mercancías es necesario aumentar la productividad, mejorando la técnica. Y para mejorar la técnica, es menester también acumular, aumentando la plusvalía, y así sucesivamente.
El círculo vicioso queda cerrado. De cuando en cuando el círculo se interrumpe; con los almacenes repletos, y las salidas cerradas, el mercado ya no acepta nada; quiebras, obreros sin trabajo, revueltas de los hambrientos: crisis. Tal es el círculo vicioso del sistema capitalista; pero éste, como el sistema de que es expresión, ha tenido también su punto de partida. Al origen del capitalismo corresponde el origen de la acumulación, pecado original de la economía política. La primera acumulación del capital es fruto de una expropiación: de propiedad privada conquistada con el trabajo. Inmediatamente se tiene una nueva forma de expropiación: la del capital inferior, que ya se aprovecha de una muchedumbre de operarios. Todo capitalista ha matado a otros y, la mayoría de las veces, será muerto por uno mayor que él.
El proceso alcanza tales extremos que, en un momento dado, el número de los capitalistas es muy pequeño y se vuelve amenazadora para ellos la masa de la miseria que, en el polo opuesto, se organiza, se une y se subleva. Es el propio desarrollo del mecanismo capitalista el que anima esta masa; en efecto, el monopolio del capital se torna un impedimento hasta para los métodos de producción surgidos del mismo capitalismo. La concentración de los medios de producción y la socialización del trabajo alcanzan tales límites que resultan incompatibles con la estructura capitalista, dentro de la cual se han originado y se han determinado. La estructura se convierte en superestructura, y habrá de derrumbarse. El final de la propiedad capitalista está próximo. Los expropiadores serán expropiados.
El segundo volumen describe minuciosamente el funcionamiento del mercado, del cual son esclavos los capitalistas; pero éstos, para disminuir los riesgos de los caprichos del mercado, se ayudan recíprocamente, fundan las bancas y adoptan medidas de seguridad. Así los fenómenos caóticos acaban por regularizarse, y el capitalista consigue vivir más seguro en su propio edificio. Pero mientras tanto el mecanismo se ha complicado, y el capitalista, a pesar de seguir obteniendo la plusvalía sólo de su actividad de industrial, asume nuevas funciones: se convierte en comerciante, mediador, banquero, latifundista. Se hace ayudar por una muchedumbre de otras personas: éstas ayudan al capital a conseguir su provecho, y por esto reclaman una parte de él. El provecho, en adelante, habrá de ser repartido entre todos los lobos de la horda. El modo cómo haya de ser dividido viene marcado por el propio juego del mecanismo capitalista.
Ya la economía clásica había notado que los capitales empleados en las más diferentes empresas dan, en un mismo país y en un mismo tiempo, una proporción igual de provecho. En el tercer volumen de El capital, Marx explica que los diferentes provechos se igualan en el momento de la venta de la mercancía, porque el capital no ingresa el provecho de su producción particular, sino únicamente su parte en el botín general. Los capitalistas se comportan, en lo que concierne al provecho, como accionistas de una gran sociedad: no se distinguen unos de otros sino por el importe relativo de los capitales empleados por cada uno de ellos.

lunes, 27 de abril de 2009

Biografía de Adam Smith y sus teorías económicas


Adam Smith

(Kirkcaldy, Gran Bretaña, 1723 - Edimburgo, id., 1790) Economista escocés. Hijo de un interventor de aduanas, a la edad de catorce años ingresó en la Universidad de Glasgow, donde fue discípulo de Francis Hutcheson, profesor de filosofía moral. Graduado en 1740, ganó una beca en el Balliol College de Oxford, en el que adquirió formación en filosofía. Ejerció la docencia en Edimburgo, y a partir de 1751, en Glasgow, como profesor de lógica y filosofía moral.
Adam Smith
En 1759 publicó Teoría de los sentimientos morales, obra profundamente influida por el utilitarismo de Bentham y Mill en la que describía la formación de los juicios morales en el marco de un «orden natural» de ámbito social, y sobre cuyos principios basaría su posterior liberalismo económico.
Smith veía en el comportamiento humano la presencia de una dualidad entre razón e impulsos pasionales. La naturaleza humana, individualista y racional al mismo tiempo, empuja al hombre tanto al enfrentamiento como a la creación de instituciones destinadas a la consecución del bien común. Expuso además la creencia en una «mano invisible» armonizadora de los intereses individuales en el marco de la actividad colectiva.
En 1763 abandonó Glasgow y aceptó (por recomendación de David Hume) un empleo en Francia como preceptor del joven duque de Buccleuch, hijastro del canciller del Exchequer Charles Townshend. En Francia conoció a Turgot, Quesnay y otros economistas fisiócratas y enciclopedistas de la época. Residió principalmente en Toulouse y París, ciudad desde la que tuvo que regresar a Londres debido al asesinato del hermano del duque de Buccleuch. En el curso de una corta estancia en Ginebra conoció a Voltaire.
En Francia inició la redacción de su obra más importante, la Investigación sobre la naturaleza y las causas de la riqueza de las naciones (An Inquiry into the Nature and Causes of the Wealth of Nations), dividida en cinco libros, que terminó de escribir durante seis años en su pueblo natal de Kirkcaldy, cerca de Edimburgo, y publicó después de una estancia de tres años en Londres, en 1776.


Sus teorías económicas
La obra fundamental de Adam Smith, las Investigaciones sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones, es considerada el hito indicador de la elevación de la economía política a la categoría de ciencia. Sus cinco volúmenes aparecieron en 1776; traducidos a las principales lenguas, proporcionaron inmediatamente a su autor una gran fama.
En las Investigaciones, Smith recoge y coordina críticamente las teorías económicas elaboradas hasta entonces desarrollándolas ampliamente y sobre todo tratando de recogerlas alrededor de un criterio unitario: la autonomía de la actividad económica (cuyo fundamento es la utilidad individual) respecto a la moral (cuyo fundamento es la simpatía). "El hombre tiene casi siempre necesidad de la ayuda de sus semejantes, pero la esperaría en vano sólo fiado en su benevolencia. No es la benevolencia del carnicero, del cervecero o del panadero de lo que esperamos nuestra comida, sino de la consideración de su propio interés". He aquí la primera afirmación de la teoría del hecho económico en relación con la moral, sin que por esto surja entre ambos ninguna forma de oposición.
Con esta premisa, pasa Smith a la construcción de su sistema. Superando decididamente la posición fisiocrática, asegura que no es la naturaleza, sino el trabajo, la fuente de donde una nación obtiene los productos que anualmente consume. La mayor productividad del trabajo depende de su división, consistente en la división del proceso productivo necesario para crear una cosa en diversas fases, asignada cada una de ellas a un operario. Es evidente que en régimen de división del trabajo (unos fabrican sombreros, otros zapatos, otros pan), el cambio es el supuesto indispensable para cuya generalización es necesario el instrumento monetario, gracias al cual puede uno procurarse lo que necesita a cambio de moneda.
Una edición de 1870 de las Investigaciones
De aquí el problema del "valor", en el que Smith, aun distinguiendo netamente entre el "valor de uso" (la utilidad de una cosa para su posesor) y el "valor de cambio" (poder de una cosa para adquirir con ella otra), confunde la utilidad abstracta con la utilidad concreta de las cosas, y hace depender el "precio real" ora del trabajo necesario para producir una cosa, ora del trabajo que esta cosa ahorra a quien la posee, ora del trabajo que le permite imponer a los demás.
Sin embargo, para Smith sólo el "trabajo" que goza de cierto valor invariable es la medida real y última sobre la que el valor de todas las cosas en todos los tiempos y lugares es comparado y estimado. Precisamente ésta es la teoría del valor-trabajo que adquirirá gran importancia en el desarrollo paralelo de las doctrinas liberal y socialista. Los elementos constitutivos del precio real de las cosas son, para Smith, el salario del trabajo, el interés del capital y el rendimiento de la tierra. En torno a este "precio natural" oscila el precio del mercado que varía constantemente según la oferta y la demanda.
Antimercantilista, Smith critica severamente la identificación de la riqueza con la moneda, refutando el "bulionismo", la teoía de la balanza comercial, la creencia en la superioridad del comercio interior en defensa de la libertad del comercio. No se puede decir que Smith sea en sentido estricto un fisiócrata, porque superó esta posición, aunque defendió la teoría del "dejar hacer, dejar pasar" en interés general.
Mente crítica y robusta, Smith fue el primero en hacer de la ciencia económica una ciencia en sí, distinta de la moral, sin crear por eso antítesis entre ambas. La obra de Smith transformó radicalmente la teoría de la economía en el siglo XVIII, al defender la idea de que la riqueza de una nación procedía del trabajo de sus pobladores y no de sus reservas de dinero, como afirmaban los mercantilistas, o de su producción agrícola, como sostenían los fisiócratas. De la misma manera, aseveró que la división del trabajo podía aumentar la productividad de éste y defendió la idea de que los precios eran el mecanismo regulador que aseguraba el equilibrio entre la oferta y la demanda. Con estas teorías, Smith sentó las bases del pensamiento económico capitalista.

viernes, 17 de abril de 2009

Biografía de Frederick Winslow Taylor


Frederick Winslow Taylor


Ingeniero norteamericano que ideó la organización científica del trabajo, nacido en la ciudad de Germantown (Pennsylvania) en 1856 y muerto en Filadelfia en 1915. Procedente de una familia acomodada, Frederick Taylor abandonó sus estudios universitarios de Derecho por un problema en la vista y a partir de 1875 se dedicó a trabajar como obrero en una de las empresas industriales siderúrgicas de Filadelfia.
Su formación y su capacidad personal permitieron a Taylor pasar enseguida a dirigir un taller de maquinaria, donde observó minuciosamente el trabajo de los obreros que se encargaban de cortar los metales. Y fue de esa observación práctica de donde Frederick Taylor extrajo la idea de analizar el trabajo, descomponiéndolo en tareas simples, cronometrarlas estrictamente y exigir a los trabajadores la realización de las tareas necesarias en el tiempo justo.
Este análisis del trabajo permitía, además, organizar las tareas de tal manera que se redujeran al mínimo los tiempos muertos por desplazamientos del trabajador o por cambios de actividad o de herramientas; y establecer un salario a destajo (por pieza producida) en función del tiempo de producción estimado, salario que debía actuar como incentivo para la intensificación del ritmo de trabajo.La tradición quedaba así sustituida por la planificación en los talleres, pasando el control del trabajo de manos de los obreros a los directivos de la empresa y poniendo fin al forcejeo entre trabajadores y empresarios en cuanto a los estándares de productividad.

Taylor se hizo ingeniero asistiendo a cursos nocturnos y, tras luchar personalmente por imponer el nuevo método en su taller, pasó a trabajar de ingeniero jefe en una gran compañía siderúrgica de Pennsylvania (la Bethlehem Steel Company) de 1898 a 1901. Taylor se rodeó de un equipo con el que desarrolló sus métodos, completó sus innovaciones organizativas con descubrimientos puramente técnicos (como los aceros de corte rápido, en 1900) y publicó varios libros defendiendo la «organización científica del trabajo» (el principal fue Principios y métodos de gestión científica, 1911).
La organización científica del trabajo o taylorismo se expandió por los Estados Unidos desde finales del siglo XIX, auspiciada por los empresarios industriales, que veían en ella la posibilidad de acrecentar su control sobre el proceso de trabajo, al tiempo que elevaban la productividad y podían emplear a trabajadores no cualificados (inmigrantes no sindicados) en tareas manuales cada vez más simplificadas, mecánicas y repetitivas.

viernes, 10 de abril de 2009

Biografía de Henry Fayol



Henry Fayol
(Henry o Henri Fayol; Estambul, 1841 - París, 1925) Ingeniero y teórico de la administración de empresas. Nacido en el seno de una familia burguesa, Henry Fayol se graduó como ingeniero civil de minas en el año 1860 y desempeño el cargo de Ingeniero en las minas de un importante grupo minero y metalúrgico, la Sociedad Anónima Commentry Fourchambault.
En 1878, en el Congreso de París de la Sociedad Industrial Minera, celebrado con motivo de la Exposición Universal, Fayol presentó un informe sobre la alteración y la combustión espontánea de la hulla expuesta al aire. Este trabajo tuvo una gran acogida y consagró a Fayol como un hombre de ciencia. En 1888 había alcanzado ya el puesto de director general de la Commentry Fourchambault. Se jubiló en 1918.
Henry Fayol es sobre todo conocido por sus aportaciones en el terreno del pensamiento administrativo. Expuso sus ideas en la obra Administración industrial y general, publicada en Francia en 1916. Tras los aportaciones realizadas por Taylor en el terreno de la organización científica del trabajo, Fayol, utilizando una metodología positivista, consistente en observar los hechos, realizar experiencias y extraer reglas, desarrolló todo un modelo administrativo de gran rigor para su época. En otra obra suya, La incapacidad industrial del estado (1921), hizo una defensa de los postulados de la libre empresa frente a la intervención del Estado en la vida económica.
El modelo administrativo de Fayol se basa en tres aspectos fundamentales: la división del trabajo, la aplicación de un proceso administrativo y la formulación de los criterios técnicos que deben orientar la función administrativa. Para Fayol, la función administrativa tiene por objeto solamente al cuerpo social: mientras que las otras funciones inciden sobre la materia prima y las máquinas, la función administrativa sólo obra sobre el personal de la empresa.
Fayol resumió el resultado de sus investigaciones en una serie de principios que toda empresa debía aplicar: la división del trabajo, la disciplina, la autoridad, la unidad y jerarquía del mando, la centralización, la justa remuneración, la estabilidad del personal, el trabajo en equipo, la iniciativa, el interés general, etc.